—Él me sedujo
—alegó—, me preguntó si quería probar el vino y tomamos de la botella, luego me dijo que se sentía mareado y que lo acompañara al cuarto. Y cuando estábamos ahí comenzó a tocarme ...
—Y en ese momento — interrumpió el fiscal—¿usted ya sabía que él sólo tiene 12 años, señor obispo?
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