Cuento de Cuentitos

El siguiente cuento está construido como la suma de un conjunto de microcuentos (inicialmente publicados en Twitter) y se ha pensado como un álbum de ilustraciones en donde cada microcuento corresponde a una ilustración de una página. 

Johny Leproso
(cuento para álbum ilustrado por ilustrar)

     Le decían Johny Leproso por su cara desfigurada. Salía de noche y el que lo mirara, moría. Pero a ella, la mató por otra razón.
     No era un psicótico. En verdad, a Johny Leproso no le gustaba asesinar. Pero una vez se decidía, se esforzaba por hacerlo bien.
     Johny Leproso no soportaba la cara de terror que hacía la gente al verlo y por eso los mataba: para justificarles su pánico.
     A pesar de todo, Johny Leproso no era insociable. Se la llevaba bien con los invidentes. Claro, mientras no intentaran tocarlo.
     Johny tomaba el dinero de sus víctimas. Pero no las mataba para robarlas, sólo cobraba por ayudarles a no tener que recordarlo.
     Vivía en un cuarto alquilado, en casa de una anciana ciega. Johny sólo exigió que no hubiera espejos, pues le temía al suicidio.
     Podría haber sido un gran asesino a sueldo. Todos los capos d bajo mundo querían conocerlo. Y así, se fue quedando sin clientes.
     Johny Leproso intentó cambiarse el rostro. Llamó a varios cirujanos, pero no encontró a ninguno que aceptara operar sin mirarlo.
     Una noche cansado de matar, Johny Leproso salió con pasamontañas y gafas negras. Pero los que lo veían se asustaban mucho más, tan sólo de imaginarselo.
     Una opción para Johny Leproso hubiera sido no salir más de su cuarto. Pero él sabía que alguna noche, en la calle, hallaría el amor de su vida.
     Nunca imaginó que se asustaría tanto al saber que una mujer lo estaba buscando. Y su sorpresa fue mayor cuando al encontrarse, ella lo miró de frente, sin miedo.
     Ella había sufrido tantos horrores, que la deformidad de Johny Leproso no la aterraba. Pero por el contrario, el brillo de sus ojos sí la logro reconfortar.
     Johny Leproso se enamoró en el acto y le prometió que èl por ella haría cualquier cosa. Entonces ella pidió la muerte y él, no fue capaz de negársela.
     Ahora ya nadie teme a Johny con su cara triste. Hay algo que asusta mucho más al vecindario. Sin embargo, Johny Leproso aún sale cada noche a buscar a aquel espanto que se escapa de sus recuerdos y que persigue a los transeuntes nocturnos con su desolación.