EL TRAIDOR

Cuando Jesús me convenció de besar a Tomás en el Monte de los Olivos para salvarse él, pensé que no era justo, pero finalmente accedí aceptándolo como un sacrificio necesario para la defensa de nuestros ideales.
Pero, que ahora me venga a pedir la mitad de mis denarios de plata, realmente me parece una conducta impropia de un Mesías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario